sábado, 21 de junio de 2008

EL DIRECTOR Y EL EQUIPO DOCENTE

El director y el equipo docente.


En cualquier tipo de administración, es particularmente importante para el directivo la formación de una organización social dinámica, participativa y que mantenga buenas relaciones entre todos sus miembros, el caso del ámbito educativo no es la excepción; el equipo docente es de suma importancia para el director escolar, sin embargo, es común encontrar elementos que no tengan estas características dentro del grupo de trabajo,1 lo que genera frecuentes roces entre el personal.

Para tratar de resolver este aspecto y formar un equipo sólido y homogéneo, es importante conocer las causas de la apatía del profesor, y tratar de atenuarlas si se encuentran dentro del área de control de la escuela. La comunicación constante y clara con el profesorado es un buen inicio, a esto se suma el reconocimiento del trabajo de los docentes como parte importante de la institución y ofrecer cada persona la posibilidad de aportar desde sus propias capacidades e intereses para la mejora de las actividades comunes.

Es muy importante el trato hacia los profesores de nuevo ingreso,2 al parecer no se les da la importancia debida cuando se integran al equipo laboral, es primordial reconocer que la experiencia laboral, la personalidad y la formación docente no son suficientes para que un educador se integre de manera satisfactoria a una institución nueva, es necesario que el equipo directivo le preste la atención necesaria hasta hacerlo sentirse realmente parte de la organización y de esta manera su actividad docente se hace más efectiva, crea un vínculo de pertenencia con la institución, disminuye los errores y aumenta su rendimiento como fuerza de trabajo.

Otro aspecto importante para lograr el objetivo institucional es la actitud que el directivo tome con respecto al cambio; los cambios son necesarios, y actualmente más frecuentes y más rápidos, es por ello que el directivo debe ser el principal promotor del cambio observándolo como un “intento planificado por mejorar teniendo en cuenta las necesidades de los estudiantes”3, cuando estos cambios afectan a todo el sistema educativo se les nombra como reformas, y la consecuencia de un cambio satisfactorio que beneficie a los estudiantes se considera una innovación. En las escuelas el cambio se manifiesta con mayor fuerza en el aparato docente, pero es el equipo directivo la instancia adecuada para suscitar o detener el cambio por ser el aparato rector de la institución y tener una mayor perspectiva de la misma. Por tal razón, la actitud del director frente al cambio determinará la actitud de toda la comunidad educativa, pues se convierte en el ejemplo a seguir para todo su equipo de trabajo.

Con frecuencia aparece entre el equipo escolar la resistencia al cambio porque genera incertidumbre y la renuncia a los patrones ya conocidos y dominados por cada individuo; lo conveniente en estos casos es identificar el porqué de la resistencia y tratar de eliminarlas. Lo más usual es que la persona que se resiste no haya entendido del todo el nuevo proyecto, o que éste tenga falta evidente de los recursos necesarios para su aplicación, aunque también influyen causas personales como ser demasiado conservador o el temor de perder algunos beneficios.

Una vez más la comunicación abierta, precisa, constante y clara con el equipo de trabajo es el arma más eficaz contra estos temores, y al permitir a cada miembro de la organización participar en el nuevo proyecto se asegura se adhesión a éste, pues el cambio también es obra suya, para hacer posible este aspecto es básica una adecuada capacitación entre las personas que tendrán que aplicar el nuevo plan. También es importante que el proyecto sea creíble, y que cuente con los recursos necesarios para poderse llevar a cabo, delegar adecuadamente las actividades entre el equipo, prestar atención a cada docente para conocer su situación particular ante los grupos y detectar la resistencia por parte de los alumnos para adoptar tácticas que la debiliten.

El cambio debe ser lento, abarcando pequeños logros pacientemente, de esta manera se hará permanente y quedará bien comprendido por todos los participantes. Debe estar bien planificado, tratando de prever cualquier imprevisto que pudiera surgir e informado a los miembros del equipo laboral los avances y logros obtenidos en cada paso del proyecto y que se espera del paso siguiente.

1 ANTÚNEZ, Serafín (2000). El director y el equipo docente. En La acción directiva en las instituciones escolares, Barcelona, ICE-HORSORI. p. 101
2 ANTÚNEZ, Serafín (2000). El director y el equipo docente. En La acción directiva en las instituciones escolares, Barcelona, ICE-HORSORI. p. 105
3 ANTÚNEZ, Serafín (2000). El director y el equipo docente. En La acción directiva en las instituciones escolares, Barcelona, ICE-HORSORI. p. 113

No hay comentarios.: